miércoles, 11 de mayo de 2011

Alfombra roja: ¿la piso o no?

A veces también pasan cosas raras en la city. Seguro que os acordáis de alguna...

La última: No es muy normal que te inviten por sorpresa al festival de Cannes, pero mucho menos que sea a probar la experiencia de lo que es sentirse estrella. A pisar la alfombra roja, vestida de gala y con maquillaje, peluquería, joyas y complementos, todo incluido. Pues eso, que me invitan. Hasta ahí -ya sabéis que yo soy poco star- pero bueno.... El caso es que resulta que esta insólita invitación "Reina por un dia" ha despertado un profundo sentimiento de solidaridad, una especie de "todas somos Cenicienta" y, sin pedir nada, llevo un montón de dias  acarreando a casa bolsas cargadas de sandalias, clutchs, sedas de todo tipo y maravillosos trajes de fiesta...

Ya sólo queda elegir ¿no? Pues nada, que ayer por la tarde hago un despliegue y empiezo a probar... y de pronto: llevas un trozo de vestido colgando ¡HORROR! que  me he cargado el mejor vestido y yo sin enterarme, sin notar absolutamente nada. Un traje largo precioso como de gasa, no sé que ha pasado pero lo he debido enganchar y todo roto, destrozado. Toda la noche sin dormir con el disgusto...  Y aquí estoy temblando mientras espero la pregunta: ¿ya te lo has probado?. Casi que anulo lo del festival, compro cofia y me voy de asistenta a casa de la dueña. O casi mejor muero... qué hagoooooo???

domingo, 8 de mayo de 2011

Abejas attack!! Pánico II

Resulta que -además de un cementerio- ahora tengo un colmenar en casa. Venga a escuchar que las abejas están desapareciendo del mundo... pues mira. Habrán pensado que se vive mejor bajo techo y que aquí nadie les robará su miel, son abejas, no tontas. Y sí, aquí han vivido dos años como si la reina fueran todas pero ¡se acabó! Os juro que no quiero matarlas sólo fastidiarlas un poco y que se muevan de barrio. Me lío la manta la a la cabeza, me pongo gafas y guantes y cojo el insecticida. Así un dia y otro, hasta que acabo con las reservas y empiezo con el Cucal. Parece que hay menos...

En un pueblo de 20 se mueve una mosca y nos enteramos todos, así que la noticia de que andan las abejas picando como locas no tardó en llegar.. tampoco la extrañeza de los viejos: ¡qué raro, alguien les debe haber molestado, las abejas sólo atacan si se las molesta...! qué horrible... y alguno hasta tuvo que ir urgencias... yo quería confesar pero al final no dije ni mú ¡sabio consejo! que aún  faltaba lo peor.

Y es que no hay arreglo, es imposible la convivencia con un abejar. Las escuchamos de noche, se intuye que hay miles... y lo que no pasó ni con los muertos, ni con las termitas:  ¡miedito! o mejor: ¡panick attack!  Así que volvemos con intendencia rumana dispuestos a una guerra total. Este es el parte: casi 3 m2 de panal, un montón de frascos de miel "casera", reina y miles de súbditos caídos y  un nuevo aguijoneo general. Mi primo, huyendo, se ha tirado por un barranco, casi se mata, y esa noche el bar parece el de Stars Wars,  no cabe ni un zombie más: Antonié con un ojo mediocerrado, Manolé con la nariz como el Cyrano, la Nurieta, que se ha transmutado en Dumbo... nada, que les dejamos la miel y nos volvemos a la ciudad.
Aqui tenéis las fotos: la última es de la miel escurriendo sobre mi cama. Vivimos de milagro... ¿o no?






Aman en sánscrito significa lleno de paz

Es duro ser un cura en un pueblo lleno de ateos y en el que todos sueltan sin parar un taco que a él le parece lo peor : ¡rediós! Y dicen:  pero Mosén, si es dos veces Dios..". Y es que aquí el deporte favorito es escandalizar al cura.. y todos son expertos. Mosén Aman es lo más alejado a un ser de este mundo que pueda imaginarse. Estudió en el Vaticano, lee sánscrito, habla latín, francés, inglés, alemán...  No tiene amigos, ni familia... sale al caer el sol, siempre con su libro, siempre solo...

¿Qué cómo ha acabado aquí? eso sí que es un misterio. Tan raro como lo de Amparito la de Amapolas, que nadie sabe muy bien qué pasó, -dicen que si se cayó en un baile- el caso es que lleva 40 años escondida en casa y sólo sale cada dos dias a buscar el pan que le pone en la puerta el panadero. Y a nadie le extraña ni lo uno ni lo otro...

A  Mosén no le importa llevar medio siglo haciendo una misa diaria a la que no acude nadie. Le da igual . Y la hace a las 8 para no molestar.  Los domingos, ya con público, hay sermón, entonces habla y habla... y sube y baja por el altar... y se va un lado, al otro.. levita. Y le tienen que agarrar de la sotana para que no se caiga. Un dia  juntará las manos y subirá directo. Lo sabemos todos. Mientras tanto anda a saltos y cuando se para de pura timidez adopta posturas inverosímiles. Da un poco de risa verle saltar...

Es ya mayor y estaba bastante enfermo. Y este invierno vinieron a buscarle del Obispado y se le llevaron a un asilo. Y lo que nunca hizo en la vida, sacar los pies del tiesto, que se ha fugado: ¿Pero que ha hecho Mosén? "No me gusta hablar mal, eh,  no me gusta -explica súper nervioso- mira que teníamos un trato especial los curas pero... ¡una cárcel, una cárcel!...   Me pusieron una tele mucho mejor que la tengo aquí y no me atrevía a encenderla..  ni a moverme, casi ni a dormir sólo de pensar que al otro lado de la habitación vivía otra persona, y otra arriba y otra abajo..."  Al final  ha conseguido el permiso del Obispado para quedarse en el pueblo....  hasta que levite definitivamente. Y de la alegría se ha curado.