sábado, 2 de julio de 2011

buenos, santos, felices, amapolas y gays

En mi pueblo las leyes no funcionan como en el resto del mundo.

Por ejemplo, los apellidos. Más de la mitad se apellidan con el nombre del pueblo, el resto se divide entre los buenos, los santos, los felices, los amapola y los gay,  raro ¿no? de todas maneras da igual porque el apellido no vale aquí. Tú te llamas como tu casa. Y las casas tienen nombres más raros aún porque casi nadie  tiene ni idea de dónde ni por qué lleva ese nombre su casa.
Las fiestas: nunca se saben cuándo serán.. pero siempre llegan
-como los Reyes, que suelen aparecer el 28 de diciembre- Eso sí no preguntes cuándo será cada evento?" rediós... pues cuando haya más gente".

Todo la recaudación del año del bar es para pagarlas y aunque en invierno beben todo lo que pueden, sólo son media docena  así que si no llega todas las casas ponen dinero para pagarlas. Hay baile  hasta las 5,  disco móvil hasta las 10, chocolate y una cena de alforja. Cada uno lleva de casa el  menaje y lo que se le ocurra para comer y beber. Se ponen unos tableros,  los bancos de la iglesia, y listo!
A comer en la puerta del cura... si no empieza a tronar, nos quedamos sin bombillas y se nos deshacen los manteles de papel. 

No os imagináis cómo son las tormentas en estos pueblos perdidos entre barrancos. Y sin pararayos!!!









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